PEKÍN, CIUDAD IMPERIAL
Pekin
esta formado por dos ciudades amuralladas, la China y laTartara. Las primeras trazas de la presencia humana se remontan al segundo milenio antes de Cristo y es a partir de estos primeros asentamientos cuando se inicia una nueva civilización basada en la relación hombre-naturaleza, que nos conducirá a la ingestión de los alimentos con un marcado sentido ritual, a las mas refinadas y elaboradas confecciones de la comida.
La
cocina de Pekín, junto al famoso pato a la pequinesa, es también célebre por sus platos de cordero, sus frituras <explosivas, sus salsas picantes y sus sopas.
En
toda la cocina china las sopas son importantes, pero la pekinesa se lleva la palma. Creo que todavía no lo he dicho, las sopas en china no se toman al principio, como es nuestra costumbre, sino que se degustan entre platos o al final de la comida, en una comida de celebración en la que suele haber un mínimo de 12 platos, se suelen servir 2 ó 4 sopas, por supuesto son tacitas pequeñas, que podríamos decir de degustación y preparación del paladar para nuevos platos y placeres.
En
la preparación de las sopas, le dan mucha importancia a los caldos base, que se realizan comúnmente con carnes, huesos de pollos y costillar de cerdo, la adicción de jengibre contribuye a darle un sabor característico, algo punzante, el resultado, un optimo correctivo de otros sabores y prepara las papilas gustativas para deleitarse con nuevas sensaciones.
A
estos caldos los llaman "Chin tang". Para rematar una comida, de platos fuertes, lo hacen con una sopa de berros, los cuales los añaden al caldo, cociéndolos durante un par de minutos. Pekín, antaño ciudad imperial, tiene hoy el irreverente apodo de "ciudad del cordero", que le dan los demás habitantes de China, ya que es donde más cordero se consume.
Una
forma muy popular que tienen los pequineses de guisar el cordero es cortado en filetes, pequeñitos y finos o en tiritas muy finas y rehogado con cebolla, puerros, ajo y jengibre.
También
se puede guisar el cordero a fuego lento en cazuela con vino y salsa de soja, constituyendo un plato con una salsa estupenda.
Estos
platos pueden resultar un poco grasientos, pero la grasa es muy valiosa cuando la ración es escasa y el frío del norte de China hiela los canales durante cuatro o cinco meses al año.
La
carne se asa en parrilla más que en otras partes de China, la razón más probable es que esta zona históricamente ha sido frecuentemente invadida por mongoles y nómadas de Asia central y es bien conocido que estos pueblos básicamente se alimentaban de sus ganados y la carne la asaban a la parrilla o en brocheta (a veces, se cocía sin más) y luego se mojaba en salsas fuertes antes de comerla.
Actualmente,
tienen una formula de oficiar la carne en dos fases, la primera es una cocción lenta de la carne, solamente en agua, en la segunda fase se corta en pequeños trocitos, como es preceptivo en toda la cocina china, y se vuelve a poner con algo de caldo de la cocción y se añaden verduras frescas, fideos caseros y condimentos. Asi se logra un plato completo muy bueno, fresco y sabroso al mismo tiempo.
Característico
de esta zona es el gran uso del ajo y otros condimentos, asi como verduras de fuerte sabor, como cebollas, cebolletas, puerros y jengibre. En muchos. platos se utilizan hojas de cilantro, planta característica de la región, que dan un sabor agridulce con un ligero gusto a limón.
Un
plato que tiene gran aceptación es el pollo asado y desmenuzado a mano, colocado en una fuente y regado con una salsa de ajo espesa, hecha con ajo picado o machacado, caldo de pollo y salsa de soja, una especie de ali-oli, pero algo mas fluida.
Uno
de los platos mas populares de Pekín, el puchero mongol procede de los nómadas que se desplazaban hacia el noroeste. Este preparado se hace en la mesa, como una fondue. En el centro de la mesa se coloca el hornillo con el puchero lleno de caldo y todo alrededor, en una docena de platitos, se coloca el cordero hecho filetes muy finitos. Cada uno coge (con palillos) un filetito y lo mete en el puchero durante uno o dos minutos para que se haga. Se moja entonces la carne en una de las salsas y se degusta el bocado. El caldo de puchero puede también tener repollo y fideos transparentes de fécula de guisante.
Cuando
se termina la carne, se cuecen en el puchero fideos corrientes para que cojan el rico aroma del caldo y se completa con ellos la comida.
El
pato lacado es el rey de la cocina pekinesa, o al menos, el mas conocido y renombrado por todo occidente, aunque la verdad todo lo que ofrecen por estos lares es una caricatura del original.
El
origen de este plato se pierde en la noche de las cocinas de los mandarines.
Ya
indique en entregas anteriores que la cocción de carnes en el horno, es mas bien rara en China y el sistema de cocción al vapor, salteado etc. es el usual con la excepción de este preparado de pato cuya cocción se realiza en horno de ladrillos, calentado con un carbón especial de leña aromática.
La
confección de este plato dura un par de días, se toman todas las precauciones para que la piel del pato se separe por si sola de la carne y resulte crujiente en su punto justo.
La
receta ancestral de este plato dice <<que el pato había que "trufarlo" de hielo y ponerlo a fuego vivo, después de salado y sazonado con las cinco especias.
Con
un pincel de pelo de rata de arrozal, cada marmitón, (uno por pato), embadurnaba la piel con una mezcla a base de grasa de pato, miel y salsa de soya.
Al
final de la operación, la piel forma alrededor de la carne del pato una especie de coraza de oro viejo, con reflejos cárdenos "de salsa de soja" y acabada la cocción se cortaba esta piel en breves pedazos y se colocaba encima de una especie de crepés, parecidas a los blines calientes con que los rusos sirven el caviar.
La
carne del pato se desdeñaba y se dejaba para los coolíes.
El
pato lacado, une a su calidad gustativa las sensaciones táctiles de la lengua, el paladar y el jugo de los maxilares y asi en la boca del "gourmet" se funden los más complejos sabores y alterna lo suave con lo crujiente.
El
Pato Lacado, en mayúscula, ofrece este juego supremo. Patos lacados, sin este supremo arte se venden en las miles casas de comidas, colgados del cuello, oscuros y algo repelentes, expuestos a centenares, como por nuestros lares se muestran los jamones.
Este
plato, se suele servir en un menú, de fiesta compuesto de muchos platos. Se puede preparar de varias formas distintas, doy tres formulillas. (Yo me quedo con la primera).
La
gracia de este plato reside en comer verduras crudas crujientes, piel tostada y churruscante, todo ello envuelto en una tortita tierna que se come de un bocado.
En
el Golfo de Chilli, alejado de Pekin, existen gambas enormes, del tamaño de langostinos. Durante los meses de invierno, esas gambas son de consumo corriente en las casas de Pekín. La forma de oficiarlas que más aceptación tiene es rehogadas con sus cáscaras y servidas con una salsa rojiza de pasta de soja y puré de tomate.
Al
norte de Pekín es de uso cotidiano para rehogar la pasta de soja, menos conocida por occidente, que la salsa de soja.
Es
una pasta sólida que se deja hervir lentamente con manteca o aceite y condimentos para dar una mezcla cremosa y espumosa. El ingrediente principal del plato se corta en dados o filetes pequeños y se guisa un instante friéndolo en aceite caliente. Se pone entonces en la sartén con la salsa de soja, se le dan tres o cuatro vueltas en un minuto y se sirve inmediatamente. El atractivo de este plato, que puede prepararse con cualquier carne de buena calidad, pescado o gambas, reside en la frescura del ingrediente combinado con una salsa de sabor fuerte, y rehogado a fuego vivo.
La
palabra que utilizan los pekineses para describir este modo de saltear es "explosión" porque es el efecto que produce el añadir ingredientes mojados a la manteca o al aceite calientes del wok.
Con
igual frecuencia que el arroz en Pekín y las provincias del norte se comen buñuelos al vapor o hervidos y pasta en sus diferentes formas. Las tortitas, los bollitos calientes con ajonjolí, son muy populares y se suelen comer rellenos de jugosa carne picada.
Como
bebida para toda la comida se usa el té verde, perfumado con flor de loto o jazmín.
Ahora una sopa y tres de pato a la pequinesa
Sopa
para mandarines, al estilo de Pekín
Ingredientes:
Preparación:
Verter
el caldo en una olla, cuando empiece a hervir, se le añade la panceta, el jamón dulce, los brotes de bambú, el cordero y media pechuga de pollo.
Todos
estos ingredientes finamente picados en tiritas, la pechuga, usaremos la del pollo que hemos usado para el caldo. El hígado una vez bien picado lo añadiremos al caldo y coceremos el conjunto, sin dejar de mover durante 3 ó 4 minutos.
Transcurrido
el tiempo agregar el vinagre, la guindilla y la maicena desleída en un poco de agua tibia. Rectificar de sal, poner el tael, puesto al rojo vivo, en la olla, bajar el fuego y dejar cocer lentamente durante unos minutos. En el último momento, aumentar el hervor y verter en la olla el huevo revuelto, sin batir, remover hasta que cuaje en hilos y tengan un aspecto como gelatina.
Servir
acompañada la sopa con salsa de soja, vinagre de arroz y salsa hoi-sin.
En
las tazas, para la sopa, poner caldo y "tropiezos", la sopa se sorbe, es correcto meter ruido al sorberla e indica al anfitrión que la estamos tomando con fruición.
Con
los palillos se van poniendo sobre la taza del arroz, los trozos sólidos de la sopa, se aliñan con la salsa que queramos y a disfrutar del bocado.
Nota:
Es
creencia, que el cuerpo humano tiene oro en su composición. Esta nutritiva sopa, no solamente aporta calorías, sino que aporta también oro para suplir, si carencias hubiera.
Esto
no es nuevo, ni es exclusivo de la cocina china, ya que Ruperto Nola, dice en la formula de <<Un caldo destilado y para debilitados muy singular, "echar en las brasas o carbones vivos, cincuenta piezas de oro que sea muy fino y cuando estuvieren muy encendidas las dichas piezas, sacarlas con unas pinzas limpias y echarlas al caldo y si dos veces hicieres o tres, será el caldo de mayor virtud".
Pato lacado a la pekinesa, (1ª formula).
Ingredientes:
Para escaldar el pato
Para lacarlo
Para la mesa
Preparación:
Para
desviscerar el pato, se le da un corte debajo del ala derecha, cono de 2/3 centímetros, meter por el corte dos dedos, punta de un cuchillo, tijeras etc. lo que os sea más fácil y cortar la traquea y el esófago y sacar lo que podáis.
Meter
el dedo índice por la retaguardia y romper la tripa. Pasar otra vez a la abertura del ala y sacar todo el intestino. Lavar bien el pato por dentro y fuera.
Si
el pato no quedara con una bonita forma y se hundiera por el vientre, tratar de mantenerlo armado con un palito por dentro del pato.
Ahora
con un canuto muy pequeño, la metéis entre la piel y la carne y sopláis, para tratar de despegar la piel de la carne y asi luego la presentacion de la piel será más fácil, (si no conseguís que la piel se separe de la carne, no importa mucho, lo único que luego os costara un poco mas el separarla)
Una
vez limpio el pato, secarlo bien por dentro y fuera, frotar el exterior e interior con la mezcla de la cebolla, jengibre, cucharada de sal, las cinco especies y el vino.
Una
vez bien frotado, sacudir las partículas adheridas a la piel, recoger todo, meterlo en el interior, cerrar las aberturas con unos palillos.
Poner
a hervir el agua y las 3 cucharadas de sal, una vez hirviendo, escaldar el pato, darle unas vueltas y rociar la parte no sumergida con el agua hirviendo.
Tirar
el agua y pintar el pato, con la miel disuelta en la salsa soya, pero no en exceso, ya que cuando lo colguemos no tiene que gotear o gotear muy poco.
Colgar
el pato por el cuello en un lugar bien ventilado, con algo de corriente, (se puede usar un ventilador), hasta que el pato este seco, unas 24 horas, a las doce horas, o antes si se quiere, se vuelve a pintar, lo ideal es que nos absorbiera todo el liquido del lacado.
Al
final tocarlo para comprobar que esta seco. La piel no tiene que estar húmeda, si lo asásemos estando la piel húmeda, esta después de asada nos quedaría arrugada.
Si
toda la piel esta seca, la piel estará una vez asada firme y brillante y ya si lo tenemos las 24 horas de rigor, la piel estará crujiente una vez asado el pato.
Precalentar
el horno a 200 grados C.
Poner
agua en una rustidera, en la parte baja del horno, poner el pato en una rejilla en la mitad del horno, todo el goteo del pato durante el asado deberá caer dentro de la rustidera, el motivo que no nos haga humo al quemarse esta grasa si cae en otro lugar y nos perturbe para obtener un buen asado.
Asarlo
por 20 minutos, cambiándolo de posición, antes de reducir la temperatura del horno, el pato deberá tener ya color marrón dorado.
Bajar
el horno a 150 grados C. y asarlo por 60 minutos, volver a subir la temperatura a 190 grados C. se tiene hasta que la piel esta durita y crujiente, en esta ultima fase se quita la rustidera.
Sacar
del horno, cortar la piel en pequeñas porciones, dejando la piel en su lugar a ser posible, los chinos en esto son unos artistas, bueno los que son artistas, te presentan el pato que parece que a la piel no la han tocado y esta toda completamente cortada.
Servir
con la salsa hoi-sin, pinceles de cebolla, bastoncillos de pepino y "crepés" mandarines.
Del
pato, en esta formula, solo se come la piel y el resto se emplea para otra ocasión, aunque veréis en las recetas que siguen que también se sirve la carne y con los huesos se hace una sopa, los tiempos no están para dispendios.
La
forma de empaquetar la piel del pato en el crepé es la siguiente:
Si
estáis en un restaurante de lujo, el preparado os lo montara con toda su ceremonia uno de los muchos camareros que tendréis alrededor vuestro.
En
los demás casos tomareis un crepé, mojar un pincel de cebolla en la salsa hoi-sin y ponerlo en el crepé, sin mojarlo con la salsa, añadir un bastoncillo de pepino, un trozo de piel y enrollarlo artísticamente y a degustar el bocado.
Nota:
Los
pinceles de cebolla se hacen de la siguiente manera: tomáis tallos finos de cebolletas, los cortáis en porciones de 4 centímetros, cortáis, sentido longitudinal, los dos extremos en juliana, pero dejando en el centro una pequeña porción sin cortar, metéis estos tallos una vez cortados en agua casi helada y se os rizaran las puntas, quedan muy bonitos y a la hora de poner la salsa, se adhiere mas cantidad.
Pato lacado a la Pekinesa (2ª formula)
Ingredientes
Para la salsa
Preparación:
Se
vierte lentamente 1 litro de agua hirviendo sobre el pato, hasta que la piel se ponga casi blanca. Se limpia el pato con papel de cocina y se le deja secar en lugar aireado durante 4-5 horas o toda una noche.
Se
calienta el horno a 200 grados C. Cuando está caliente, se pone el pato sobre una rejilla metálica en la fuente para asar.
Se
asa durante 1 hora, cuidando de no abrir el horno mientras se está asando el pato.
Se
mezclan la miel, la salsa de soja y 2 tacitas de agua.
Se
saca el pato del horno y se unta con la mezcla anterior.
Se
vuelve a meter en el horno durante 15 minutos.
Se
cortan las cebolletas en palitos como cerillas de 5-7 cm. Se corta el pepino en trozos de igual largo pero más gruesos. Se coloca el pepino y la cebolleta en platitos aparte.
En
un cazo a fuego lento se mezclan los ingredientes de la salsa hasta que estén bien ligados y se vierte en un cuenco.
Se
le quita la piel al pato tirando de ella con el pulgar y un cuchillo y se pone en una fuente. Se corta la carne y se ponen los bocados en otra fuente.
Se
sirven al mismo tiempo la piel crujiente, la carne, el pepino, las cebolletas, la salsa y los crepés.
El
crepé mandarín se prepara igual que en el caso anterior.
Con
los huesos del pato, una vez rotos y machacados se hace un caldo, en el que coceremos, por unos minutos, unas hojas de col china, se toma al final de la comida.
Esta formula, creo yo, no estoy muy seguro, es la que se emplea en la mayoría de los restaurantes chinos en occidente.
Ingredientes:
Para la mesa
Preparación:
Limpiar
el pato para eliminar cañones y plumillas, salarlo ligeramente por dentro.
Poner
en un cuenco la salsa de soja, el vino de arroz, el azúcar, el clavo machacado y los dientes de ajo, mezclar bien y con una parte de esta mezcla untar el pato y luego espolvorearlo con el pimentón; mantener en reserva lo que ha quedado de la salsa en el cuenco.
Calentar
el horno a 200 grados C. y dejar asar el pato durante unos 40 minutos. Poner bajo el mismo una bandeja para recoger el fondo de cocción.
La
piel del pato, una vez asado, deberá quedar brillante y seca, casi transparente.
Retirar
el pato del horno, dejar que se enfríe un poco y con la ayuda de un cuchillo con buena punta y afilado quitarle la piel, que cortareis en pedacitos y dejareis en una fuente mantenida al calor.
Untar
ahora el pato pelado con una mezcla compuesta de una cucharada de miel y de una cucharada de agua caliente.
Subir
la temperatura del horno a 220 grados C, volver a meter el pato y dejar que se ase durante otros 30 minutos, rociando el ave con el resto de la miel derretida caliente.
Coger
la salsa reservada, eliminar el ajo y mezclarla con el fondo de cocción del pato pasado por un tamiz fino.
Servir
el pato cortado en trozos de bocado y la piel acompañados de la salsa, una parte vertida sobre el plato y otra parte presentada en una salsera.
Servir
como los otros con los crepes madarines y las verduras, asi mismo acompñar con salsa hoi-sin.
Ingredientes
Preparación:
Añadir
el agua hirviendo o muy caliente a la harina; mezclar bien con varillas o cuchara de madera, pasar la masa, cuando este tibia a una mesa enharinada y amasarla, si la mesa no es de mármol, mejor ya que sino os enfriaría muy pronto la masa. Cuando tengamos una pasta fina la cubrís con un paño húmedo y dejar reposar durante 30 minutos.
Enrollar
la masa para formar un cilindro largo, de unos 3 cm. de grosor aprx. Cortar con los dedos trozos de unos 2,5 cm. y formar bolitas. Aplastar cada una de esas bolitas en discos de 6-8 cm. Untar un lado del disco con aceite de sésamo y ponerlo contra el lado untado de otro disco. Enharinar los lados de fuera de los discos y con el rodillo formar con cada pareja de discos otro mayor de unos 12 cm. de diámetro y muy finos de grosor.
Se
calienta una sartén a fuego medio, se engrasa con papel absorbente y se pone una de estas parejas de discos y cuando la masa empieza a hacer burbujas, al cabo de 1 1/2 minutos aproximadamente se le da la vuelta y se deja otros 1 1/2 minutos. Se retira la pareja de discos de la sartén y se separan con cuidado y se colocan uno sobre otro en un plato pequeño. Se sigue así hasta terminar los crepés.
Antes
de servir, se ponen los crepés en una rejilla sobre un cazo de agua hirviendo. Se cubre y se deja al vapor 5 minutos.
Nota:
Durante
la manipulación cubrir, masa, bolas, discos con paño húmedo, para que no se resequen.
Una
vez cocidos taparlos para evitar el desecado.
El
motivo de pasarlos por un baño de vapor antes de servirlos, es darles flexibilidad y aportarles algo de humedad, como también calentarlos.
Ingredientes:
Preparación:
Quitar
las puntas a los pepinos, cortarlos a lo largo y quitar las semillas, después cortarlos en tiras, si los pepinos son largos las tiras las cortáis por la mitad.
Los
pepinos no se pelan, así que para mí son mejor los que tienen piel fina, de poco diametro y alargados.
Quitar
las semillas a los pimientos y cortarlos en finas tiras. Cortar el jengibre en fina juliana.
Poner
todos los ingredientes juntos y dejar macerar por 3/6 horas.
Servir
como acompañamiento.
Ingredientes:
Para la salsa
Para saltear
Preparación:
Quitar
entera el caparazón del cangrejo, su interior, que lo habréis sacado entero lo partís en 4/6 trozos.
Las
patas las partís, aplastándolas un poco con la hoja de un cuchillo, en un recipiente para cocer al vapor, cocéis por 5 minutos las patas y el caparazón para que se pongan de bonito color rojo.
Cocer
los huevos de codorniz, a la mitad de los que vayáis a usar, les quitáis la cascara y los volvéis a cocer en agua salada por un corto tiempo, 2 minutos, el resto de los huevos, sin quitarles la cascara pero rompiendo esta para que tenga fisuras, los volvéis a poner a cocer, añadiendo al agua té negro y una cucharilla de salsa de soja, los cocéis durante media hora, luego cuando les quitéis la cascara parecerán pequeñas perlas negras beteadas.
(Los
huevos de gallina admiten esta manipulación y quedan muy bonitos, parecen de mármol negro con betas).
Picar
en tiritas la escaloña y jengibre.
Mezclar
bien todos los ingredientes para la salsa.
En
un wok, ponéis las dos cucharadas de aceite y cuando esté caliente le añadís la escaloña y el jengibre, lo saltáis por unos segundos, le añadís los trozos de cangrejo, salteando hasta que la carne del cangrejo este a punto.
Le
añadís la salsa, dejar que cueza hasta que la salsa engorde un poco.
Sacar
a una fuente, reconstruir los cangrejos, metiendo los trozos de carne en el caparazón, esconder algunos huevos de codorniz en su interior.
Ponéis
las patas en sus posiciones, adornáis con perejil o algunas hojas de berros, canónigos etc.
Ponéis
la salsa por encima de los cangrejos.
Batís
la clara del huevo hasta punto de nieve, tomáis unas porciones y las escaldáis unos segundos y la espuma coagulada la ponéis entre los dos cangrejos, simulando la espuma que suelen sacar por la boca los cangrejos cuando están vivos y fuera del agua.
Ingredientes:
Preparación:
Hidratar
las setas, pelar el nabo y cortarlo en rodajitas finas.
En
una cacerola, calentar el aceite y grasa, agregar las cebolletas, los nabos, setas troceadas y brotes de bambú.
Sazonar
con jengibre y sal y saltear por unos minutos, añadir la salsa de pimiento, azúcar y tomate, mezclar todo bien.
En
el caldo diluiremos la maicena y añadiremos a la cazuela, dejar hervir por un minuto.
En
el momento de servir espolvorear con pimienta recién molida.
Pechuga de pollo salteada con gambas
Los chinos, como habréis observado, son auténticos maestros de los platos rápidos y deliciosos. Este es uno de ellos, con una salsa sabrosa al estilo de Pekín, muy característica.
Ingredientes
Para la salsa
Preparación:
Pelar
las gambas y salarlas ligeramente si son frescas, las colas congeladas, suelen tener algo de sal..
Cortar
el pollo en dados de 1 cm. y el pepino en dados ligera-mente mayores.
Limpiar
bien los champiñones y cortar las cebolletas en trozos de 1 cm.
Calentar
el aceite en el wok a fuego vivo. Cuando esté caliente, se añaden las cabezas de las gambas y se saltean por 30 segundos, se quitan las cabezas y cualquier barba que pudiera quedar. A continuación se saltean los champiñones 1 minuto.
Se
añaden el pollo y las gambas, se revuelve 2-3 veces y se añaden las cebolletas y el pepino. Se remueve todo a fuego vivo durante 1 1/2 minutos y se retira del wok.
Poner
la manteca en el wok. Cuando se haya deshecho, se añaden los demás ingredientes de la salsa a excepción del aceite de sésamo y se remueve todo a fuego vivo "explosión". Cuando los ingredientes formen una salsa hirviendo, se añaden el pollo, las gambas, champiñones, pepino y cebolletas.
Remover
y mezclar a fuego vivo durante 1 minuto, al sacar rociar con el aceite de sésamo
Servir
inmediatamente en fuente caliente.
Menestra de crujientes verduras
Ingredientes:
Preparación:
Cortar
todos los vegetales en trocitos, mas o menos el tamaño de una patata frita, mas bien pequeña.
El
jengibre lo picáis en juliana.
Los
tirabeques los dejáis enteros.
Las
verduras de hoja en trozos medianos.
Al
tomate le quitáis las pepitas y partirlo en gajos pequeños,
Poner
en el wok el aceite y la manteca, cuando este caliente, ponéis a saltear el ajo y las cebolletas por un minuto y apartáis.
Saltear
las cebollanas, medio minuto, apartar Saltear el pimiento durante 1 minuto, añadirle el jengibre, la chirivia y zanahoria, saltear por medio minuto mas y apartar.
Saltear
los tirabeques 1 minuto, añadir los guisantes y verdura verde si se emplea, saltear y retirar.
Por
ultimo saltear el tomate, mezclar todo darle unas vueltas, añadir la salsa de soja y sal si fuera necesario.
Servir
caliente.
Índice
Verduras salteadas
Un
sencillo plato que complementa un plato de carne
Ingredientes:
Preparación:
Trocear
las verduras de hoja, quitar tallos demasiado gruesos, lo mejor para esto son los cogollitos o manojitos finos.
Calentar
el aceite y manteca en un wok y saltear la cebolleta, ajos y jengibre, sin que tome color, añadir el resto de verduras empezando por las más duras y terminando por las hojas verdes, le añadís sal y glutamato, cuando terminéis de saltear le añadís el vino y salsa de soja, dos vueltas en el wok.
Servir
caliente.
Aunque este plato se sirve en todas las zonas del lejano oriente, parece ser que su origen es pequinés, así que lo incluyo en este apartado.
Ingredientes
Preparación
Los
cuerpos de los bueyes se cortan en trozos, les quitaremos las branquias y los órganos digestivos, especialmente unas bolsitas que tienen cerca de la boca, ya que amargan.
Las
pinzas y patas, las aplastaremos para que se resquebrajen, así cocerán más rápido y serán más fácil de comerlas.
Los
trozos del caparazón, los pasaremos por maizena y los freiremos, una vez a punto los sacaremos del wok y reservaremos en lugar templado. Al final de esta fritura, en el wok nos tienen que quedar como dos cucharadas de aceite.
Salteamos
escaloñas y ajos, estos bien picados, después añadir la guindilla picada, condimentando con el azúcar, salsa de soja, tomate concentrado y jengibre, saltear todo el conjunto.
Verter
de golpe el caldo caliente y dejar que se reduzca durante un minuto a fuego vivo.
Añadir
los trozos de cangrejo, así como patas y pinzas, cocer a fuego lento durante media docena de minutos.
La
salsa tiene que quedar algo espesa.
Servir
caliente, adornar con algunas hojas de berros o producto similar.
Ingredientes:
Salsa
Preparación
Calentar
el aceite en el wok y freír las ancas por dos minutos, sacar y reservar.
Quitar
el aceite del wok dejando solo 3 cucharadas, saltear la guindilla bien picadita, ajos, jengibre y las alubias de soja fermentadas hasta que notéis la fragancia de los ingredientes.
Añadir
los pimientos verdes y los salteáis hasta que estén ni crudo, ni cocidos, es decir al dente.
Volver
las ancas al wok, añadir el agua y los ingredientes de la salsa excepto el vino y el aceite de sésamo, cocer por dos minutos. Al final añadir la mezcla de maicena y agua, aceite de sésamo y el vino, un pequeño hervor para que engorde la salsa.
Servir
caliente.
Fideos calientes con carne y verdura
Este plato es típico de la región y un buen recurso para aumentar las cantidades de un plato cuando llegan invitados imprevistos.
Ingredientes:
Preparación:
Cocer
los fideos como tengáis costumbre, terminada la cocción, sacarlos y aclararlos con agua fría, escurrir y reservar.
En
el wok, con el aceite caliente, se pone la carne, que la habréis cortado en tiritas finas. Una vez puesta la carne en el wok le añadís la cebolla, al conjunto le dais vueltas y dejar que pasen unos 6 minutos antes de añadirle la pasta de soja, salsa hoi-sin, vino, caldo y la manteca, removiendo bien todo el conjunto, dejar a fuego lento por 12 minutos, revolviendo de vez en cuando.
Picar
las cebolletas en trozos de 3 centímetros y el pepino en juliana gruesa de 4 centímetros de largo.
Se
escaldan los fideos y brotes de soja, (que ya están cocidos) por 1 minuto, se escurren y se pasan a una fuente, encima se pone la carne con su caldillo y encima se adorna con la cebolleta y pepino.
En
el momento de servir y en la mesa se revuelve todo el conjunto.
Rollitos de Primavera, pequineses
Estos rollos son imprescindibles en el festival del nuevo año chino.
Ingredientes:
Preparación:
Picar
bien las escaloñas y el jengibre y mezclar con la carne de cerdo bien picada, añadir el glutamato, sal, vino, ½ huevo, la maicena y mezclarlo todo bien.
Con
el resto de los huevos batidos, hacer 4 porciones y cada una la ponéis en una sartén ligeramente engrasada y hacéis como si fueran unos crepés. Estos "crepés", los rellenáis con la carne y sus ingredientes, los enrolláis bien, y pegáis los extremos con una mezcla que preparareis con la cucharada de harina y otra de agua.
El
pegado tiene que ser de tal manera que luego no se pueda salir el relleno.
Calentáis
el aceite y freis cada rollito hasta que estén bien hechos. Cada rollito lo dividís, ya en la fuente de servir, en cuatro trozos, los cortes oblicuos.
Acompañarlos
con salsa de soja, vinagre chino, sal y pimienta. Nota.
No
usar mucha sal con el relleno, ya que cada comensal se la pondrá a su gusto en la mesa.
Este
plato, suculento y de rico aroma, es uno de los más frecuentes en los hogares pequineses y área de influencia. Suele servirse con arroz, buñuelos al vapor o verduras preparadas con un guiso sencillo.
Se
conserva bien en nevera hasta 2 días y se recalienta bien.
Ingredientes:
Preparación:
Cortar
el cerdo en trozos de 2,5 x 5 cm. conservando la corteza. Si usáis castañas pilongas, (ya sabéis castañas secas y no las del castaño de indias, lo advierto porque en algunas zonas a estas ultimas se llaman pilongas), las ponéis en un cazo con agua hirviendo, tenerlas cociendo durante 3 minutos.
Mezclar
el caldo, la salsa de soja y el colorante.
Calentar
el aceite a fuego vivo en cazuela mediana. Añadir el cerdo y saltearlo por todos los lados durante 3-4 minutos. Añadir las castañas secas preparadas o las frescas y removerlas con el cerdo durante otros 3-4 minutos. Incorporar la mezcla de la salsa y, cuando rompa a hervir, bajar el fuego y tener a fuego lento durante 10 minutos, removiendo de vez en cuando. Tapar y cocer a fuego lento 1 hora. Abrir la cazuela, añadir el jerez y algo de caldo si fuera necesario, remover, tapar y seguir durante 1 1/4 horas. Servir en la misma cazuela.
Nota:
Una
cosa que creo no os he dicho hasta ahora, es el uso de unos calentadores de platos en la mesa, son muy prácticos, el foco calorífico suele ser un par de lamparillas de cera, y la verdad que mantienen las viandas a una temperatura muy agradable. Si no usamos calentadores corremos el riesgo que los guisos se nos queden fríos, ya que todos los platos o serie de platos se sacan a la vez a la mesa, lo cual no deja de ser una ventaja para honorable oficiante.
Creo
que estos calentadores no son caros, bueno los que yo tengo los compre, creo recordar que en Hong Kong, y me costo cada uno menos de mil pesetas.
Las gambas usadas proceden del golfo de Chilli, son grandes, no hay este tamaño por estas latitudes, se pueden usar langostinos medianos.
Ingredientes:
Para la pasta:
Para la salsa:
Preparación:
Tamizar
la harina junto con la sal y la levadura y ponerla en un cuenco; añadir la cerveza y el huevo batido, mezclarlo todo bien con una cuchara de madera hasta obtener una pasta de una cierta consistencia, con la que se rebozarán las gambas limpias, lavadas peladas y secas.
Poner
a calentar el aceite en el wok y cuando esté muy caliente, ir poniendo de una en una las gambas rebozadas en la pasta. Dejar que se frían por ambos lados y, cuando estén doradas de forma uniforme, disponerlas sobre una hoja de papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. Colocarlas en una fuente y dejarlas aparte sin que se enfríen.
Mezclar
en un cazo pequeño el azúcar, la sal, el vinagre, el zumo de naranja, el zumo de limón, la maicena y la guindilla en polvo; póngalo a calentar a fuego lento, remueva con una cuchara de madera y deje que la salsa se espese.
Verter
la salsa todavía caliente sobre las gambas rebozadas y servirlas.
La suavidad del cordero y de los puerros y el fuerte sabor del jengibre se conjugan en este plato rápido que suele servirse con arroz. Resulta económico, ya que se utiliza muy poca carne.
Ingredientes
Preparación:
Cortar
la carne en filetitos finos, de 2x4 centímetros aproximadamente. Los puerros cortarlos en discos de unos 2 centímetros, que no se os desbaraten, pero pasarlos bien por agua para que no les quede tierra. Cortar el ajo en lamas finas y el jengibre en juliana fina. Sazonar la carne de cordero con sal.
Calentar
el aceite y la manteca en el wok.
Una
vez bien caliente el aceite, saltear el cordero, junto con el ajo y el jengibre, un par de minutos serán suficientes, añadir los puerros y seguir salteando por un par de minutos mas.
Regar
con la salsa de soja, vino y espolvoreáis con la pimienta. Servir bien caliente.
Ingredientes:
Preparación:
Cortar
la cuajada en trozos de 5 ctm. largo, 3 centímetros ancho y un grueso de 2 centímetros, (medidas aproximadas, dependiendo del tamaño de los trozos de cuajada) y rebozarlos con la harina y el huevo batido.
Calentar
en el wok el aceite y freír la cuajada de soja hasta que adquiera un bonito color dorado.
En
la grasa que sobre en el wok, salteáis el jengibre y la escaloña, añadís las gambas hasta que estén de color rosa, le añadís el resto de los ingredientes, cuando empiece a hervir la salsa, la vertéis por encima de la cuajada que la tendréis ya en una fuente.
Servir
templado.